Enero de 1979.
En compañía de un amigo, nos fuimos
a ver "Alien, el 8º pasajero".
Ya, desde las primeras imágenes,
comencé a presagiar algo terrible...
Mucho más allá de cuanto habíamos contemplado...
No voy a contar la película,
una obra maestra,
que une dos elementos:
La fantasía científica,
o ciencia-ficción,
y el terror...,
el terror puro y duro...
¡Quién es Alien...?
O mejor...,
¿qué es Alien...?
Sencillamente,
el más perfecto e implacable organismo,
sin conciencia,
sin piedad alguna,
el guerrero que tiene como única misión
salvarse a sí mismo y a su especie...
Recuerdo a Sigourney Weaver,
"Ripley",
en una interpretación extraordinaria...
De la mano de Ridley Scott,
tanto ella como el resto de los actores,
nos harán vivir su miedo,
su pánico,
su terror incontrolado e incontrolable,
a merced de un enemigo,
que los supera a todos...
¿Alien, una biomáquina,
un soldado estelar,
un ente perfecto...?
Puede que sí...
"Alien".
Las últimas imágenes,
son escalofriantes...
Ripley se cree ya segura
en el pequeño vehículo
con el que abandona la nave transporte,
que estalla en el espacio...
Sigourney Weaver, Ripley,
inteligencia contra inteligencia,
deseos de sobrevivir contra deseos de sobrevivir...
¿Sabemos qué hay más allá,
en la insondable extensión del universo...?
No..., no sabemos nada...
H. P. Lovecraft, intuyó algo...
Ridley Scott,
nos muestra una faceta
de lo que,
acaso llegue un día...
"Alien, el 8º pasajero".
Las largas tardes de otoño
son propensas
a leer y releer,
a volver a sumirnos en esos films
que nos conmovieron algun día...
También es una forma de leer...
(Archivo: cuevadelcoco).