jueves, 31 de marzo de 2011

Testimonios (1): La sombra del desván...

"En aquellos años..., ¡siempre es un poco triste referirse al pasado...!

En el antiguo caserón había lugares y rincones, que, para mí, tenían un enorme atractivo.

Algo morboso, eso sí, pero que no era obstáculo para que los visitara.

Y de forma habitual...

Cierta primavera, cuando me estaba preparando para ingresar en el Bachiller, subí al desván, cuando las luces de la tarde aún iluminaban los tejados, y se filtraban por los tragaluces, creando una atmósfera irreal, extraña...

La primera vez que percibí a la "sombra", porque no la ví, sólo fue una intuición, un instante fugaz, las nieves se habían retirado a las montañas, y el buen tiempo se derramaba sobre el valle, día a día, con más intensidad y esplendor.

Apenas si mis ojos pudieron captar un rápido movimiento, de una indefinida forma oscura, que yo, bien seguro estaba de que no era una ilusión óptica, o, simplemente, un juego de luces y oscuridad.

Permanecí allí un buen rato, sentado en un arcón, lleno de libros, que ya había inspeccionado debidamente, y del que iba sacando y volviendo a colocar, los que me parecían más apetecibles, por supuesto, aquellos que trataban de ciertos misterios...

Y esperé, pero no sucedió nada...

Ya estaba oscureciendo, cerré la puerta con llave, una llave que aún cnservo y que debe de estar en alguna de las cajas donde guardo los "tesoros" de mi vida, que, quizá para otros no tengan demasiado valor, pero, para mí, son una fuente de recuerdos, de vivencias, de emociones...

Y esa noche, tuve sueños inquietos.

El mes de abril, muy cerca de una tardía Semana Santa, volví a subir al desván.

Su silencio, su amable quietud, su profusión de objetos y cachivaches..., todo estaba como lo dejé.

Si algo no se hubiese hallado en su sitio, lo sabría..., a pesar del desorden.

¡Cuántas veces, el abuelo, habló de llamar a un chatarrero, que tenía su almacén cerca de nuestra casa, para que se llevara de allí lo que quisiera...!

Luego, me miraba, y al verme triste, porque ese hecho me producía muchísima tristeza, suspiraba, y decía: "-Tal vez el año que viene..."

Con lo que yo, volvía a recuperar mi paz interior... ¡Otro año de tregua...!

En esa nueva visita al desván, sí que ví a la "sombra".

Allí estaba, tras una cajas, donde las vigas de la techumbre llegaban hasta el pavimento de madera del desván.

Indefinida y cambiante presencia oscura, que ya no se recataba en dejarse ver..., aunque, a su manera...

"-...hace días que no subes al desván...", me dijo..

Y su voz, si es que era una voz, se parecía al sonido de las notas más graves de un flauta.

"-Hace y días, sí...", fue lo único que se me ocurrió decirle en ese momento"-¿Subirás otra vez...? La soledad me hace´daño...", preguntó la "sombra".

"-...sí, subiré más a menudo...,siempre que pueda...", respondí, no sin esfuerzo...

"-¿Sabes cantar...?"

"-No, canto muy mal..."

"-Pues todos los niños suelen cantar bien..."

"-Yo no, por eso no estoy en el coro del colegio..."

"-...y...¿sabes contar cuentos...?"

"- Te puedo contar los que he leído, y también algunas historias..."

Y así, comenzó un tiempo distinto..., que me parecía muy real a veces, y, en otras ocasiones, como si perteneciera al reino de los sueños...

Pero, yo, aspirante a Bachiller, no sabía hacer uns distincón tan sutil...

jueves, 17 de marzo de 2011

Vampiros: El comienzo...

El hombre primitivo, en un momento que es imposible precisar, tomó conciencia de sí mismo.
Es decir, fue capaz de reflexionar, de volver sobre sus pensamientos, y, este hecho, lo diferenció del resto de los habitantes del planeta.
Y si reflexionó, puede que primero lo hiciera sobre la vida y la muerte.
Así, en otro momento, que también es impreciso, se produjo un desdoblamiento entre lo natural y lo sobrenatural.
El comienzo de las religiones...
Y de los mediadores entre este mundo y el otro...
Es posible que las primeras leyendas acerca de los vampiros, comenzaran en ese punto...
O, quedara sembrada la semilla, al menos...
Los orientales, que, en eso y en muchas otras cosas, nos llevan la delantera con diferencia, ya hablaban de casos de vampirismo, en tiempos que se remontan a dos o tres mil años antes de la era cristiana.
En la Grecia clásica, hallamos ya referencias claras a este hecho...
Los romanos, que nunca fueron originales, heredaron el Panteón de dioses griegos, y también, claro está, todos sus mitos.
Por supuesto, los vampiros fueron igualmente asimilados.
La Edad Media, fue el mejor caldo de cultivo para este fenómeno..., dando origen al vampiro, tal como hoy lo conocemos...
El Renacimiento, por constituir un revolución humanística demasiado satisfecha de sí misma, no fue un período muy propenso a leyendas sobre los no-muertos. Ni el llamado "siglo de las luces"...
Pero, los románticos, tuvieron con ellos un filón inagotable, que llega hasta nuestros días.
No podemos olvidar a la pobre, sufrida, y olvidada África.
En el continente africano, siempre hubo un sedimento, una tendencia, más o menos latente, más o menos activa, para ocuparse de quienes, aunque dejaran este mundo, seguían transitando por él, sólo que de otra forma...
El siglo XIX europeo, cuando el Romanticismo descubre el maravilloso concepto de lo subjetivo, de lo posible a pesar de la imposibilidad, nos llena de fantasías sobre los habitantes de la noche.
¿Fantasías...? ¿Leyendas...?
No se puede imaginar nada sobre lo que no se conoce...
Y, la verdad, la literatura fantástica del XIX, está llena de relatos, poemas, novelas y folletines, que hablan de las peripecias de los vampiros.
El siglo XX acogerá con gusto todo lo referente a ellos.
Y con el cine..., bueno..., si comenzamos a enumerar...
Pero..., ¿han existido los vampiros...?
¿Existen los vampiros...?
¿Existieron alguna vez...?
Como siempre...¡quién sabe...!

lunes, 14 de marzo de 2011

Vampiros...

Vampiros...
El vampiro, según la tradición, es un no-muerto...
Está condenado a dormir durante el día, y sólo puede salir de su guarida a la puesta de sol, pues la luz solar lo reduciría a cenizas.
El vampiro tiene poder sobre los seres de la noche, lobos y otras alimañas, puede convocar la niebla, y es capaz de volar,
pero necesita alimentarse de sangre periódicamente, si quiere subsistir...
No sólo la luz es su enemiga.
El signo de la Cruz lo hace retroceder, así como el agua bendita y la hostia consagrada.
También es muy sensible a las flores del rosal silvestre.
Y, por supuesto, a los ajos.
A fin de cuentas, es un alma perdida, que sólo halla la paz si un objeto punzante le atraviesa el corazón.
Las famosas estacas pueden suplirse por cualquier otro instrumento con buena y afilada punta.
Además, hay que decapitar a un vampiro, para que muera totalmente. Y a ser posible, depositar en su boca un fragmento de hostia consagrada, para que descanse en paz, definitivamente.
El vampiro, ejerce una irresistible influencia hipnótica sobre sus víctimas.
Que pueden convertirse en sus seguidores, es decir, en nuevos vampiros.
Existen diferentes categorías entre ellos, según el tiempo que llevan en esa extraña forma de "vida", si se puede llamar así a errar por la tierra, solitarios, aborrecidos, perseguidos...
¡La literatura, el arte, el cine...!
Habría material suficiente para innumerables tesis doctorales...
Que ya se han realizado, por supuesto que sí...
De todos es sabido que su imagen no se refleja en los espejos, pero existen "determinados" espejos que sí lo hacen, y, entonces, el vampiro, se horroriza de sí mismo..., se enfurece y maldice...
Hablaremos de vampiros, de sus orígenes y de las leyendas que han provocado...
De momento, conviene ser prudentes..., y no invitar a cualquiera a entrar en nuestras casas...
Pueder ser uno de ellos...

miércoles, 9 de marzo de 2011

¡Frankenstein...!



"Frankenstein o el moderno Prometeo", de Mary Shelley".

En mi adolescencia, la imagen de la criatura, producto de la imaginación de Mary Shelley, me fascinó, pero me aterró, al mismo tiempo...
Cuando leí esta obra, que me parece, no sólo una altísima cima de la literatura fantástica, sino también, una auténtica obra de arte, profunda, terrible, estremeedora..., quizá no fue en el momento adecuado...
Acaso, mi sensibilidad no estaba todavía preparada para este tipo de emociones...
Durante un verano, la presencia de la criatura del Dr. Frankenstein, me acompañó en mis sueños...
Y se convirtió, años más tarde caí en la cuenta, en un símbolo de mi impotencia juvenil, frente a la vida...
Como bien dice Ramón J. Sender, en su "Crónica del alba", "...quince años..., ¡ridícula edad para un hombre...!
La misma impotencia de todo adolescente..., que se traduce en melancolía, en enamoramientos, en solitarios
paseos por el campo, en versos escritos entre lágrimas, y..., todo lo que ya sabemos de sobra...
Al contemplar el "Frankenstein" de los años treinta, con la genial interpretacón de Boris Karloff, quien, para poder soportar el peso de la monstruosa estructura que llevaba a cuestas, tenía que descansar en una especie de jergón inclinado, so pena de llegar agotado al final de cada escena, no pude sino meditar sobre los sueños imposibles del ser humano, sus quiméricos anhelos, y, el deseo pecaminoso de emular a su Creador...
¿Qué es, en realidad, "la criatura"...?
Sencillamente, la imagen, el reflejo de nosotros mismos, que, desde el barro, queremos alcanzar las estrellas.
Y caemos en el barro sin remisión, y allí terminamos nuestros días, sin haber levantado el vuelo sobre los campos, sobre las rocas nevadas, sobre anhelos, ilusiones, esperanzas..., y, en fin, sobre la muerte...
"La criatura", es un ser taciturno, que se mueve en una dirección, que tiene su propio norte, y que, detestado por los hombres, perseguido por los hombres..., se vuelve contra ellos...
Desea ser amado, y es rechazado...
Desea compañía, y sólo encuentra soledad...
Desea..., lo que todo hombre o mujer tiene a su alcance, pero que, como blasfemia viviente, no llegará jamás a conseguir...
Cuando asistí al estreno de "Alien, el 8º pasajero", inmediatamente lo asocié con la creación de Mary Shelley...
Existen diferencias, si..., pero, en el fondo, se parecen, porque son dos entes puros...
Más allá del bien y del mal...
"La criatura", lucha por ser aceptada..., y fracasa...
El "alien", lucha por la supervivencia..., y fracasa también...
Ambos son fríos, silenciosos, rodeados de un halo negro...
Marcados, cada uno de ellos, por su espantosa circunstancia...
Me atrevo a recomendar la lectura de "Frankenstein o el nuevo Prometeo", y también tengo la osadía de incitar a quienes siguen este blog, a sentarse tranquilamente, y contemplar la versión cinematográfica de los años treinta, que, acaso me equivoque, pero estoy convencido de que es la mejor de todos los tiempos.
¡Felices sueños..., y cuidado con lo que soñamos...!

lunes, 7 de marzo de 2011

Pesadillas...

"La pesadilla"
Cuando un pintor, un grabador, un dibujante..., sobrepasan las barreras del convencionalismo, nos podemos encontrar co autores de la talla del suizo Fuseli...
Este cuadro, sobrecogedor, de espíritu auténticamente romántico, es digno de ser observado con mucha atención...
Realizado en 1802, podría pertenecer, de pleno derecho, al futuro movimiento surrealista...
No deja de contener, un cierto toque sensual, erótico incluso, que se complementa a la perfección con lo que en él describe su autor...
Es una obra para pocos comentarios.
Mejor resulta introducirse en ella, y dejas volar la imaginación...
A fin de cuentas, un cuadro, es una historia..., que siempre podemos completar...
Hagámoslo, y que cada cual la termine según sus deseos...
(Imagen: "La pesadilla", de Fuseli (o Füssli).

Fantasmas...


En la Navidad de 1968, comencé a leer este libro, editado por "Bruguera", colección "Libro amigo". Era una buena colección, tanto por su precio, como por su calidad, no en cuanto al papel utilizado, ni la encuadernación, que, a la mínima que te descuidaras, cada hoja por su sitio, que todo hay que decirlo.
La selección fue realizada por Laurette Naomi Pizer, e incluía relatos de Hermann Hesse, Guy de Maupassant,
Truman Capote, Lev Tolstoi, Katherine Mansfield, Thomas Mann, Ivan Bunin, Robert Graves..., ¡ah, y Jorge Luis Borges...!
Pero, lo que más me impactó, fue el descubrimiento de los orientales.
Chinos y japoneses, que parecen haber convidido con espíritus y fantasmas desde el principio de los tiempos.
Así, disfruté de un delicioso y estremecedor relato, titulado "Celos", anónimo chino, traducido por Lin Jutang,
que, a través de un elevado lirismo, hablaba de la relación entre un hombre joven y una mujer fantasma.
Creo que estuve enamorado de esa mujer, a pesar de todo...
Junichiro Tanizaki, de quien más tarde leería "Cuentos crueles", describe el Japón elegante del siglo XVII o XVIII, es difícil precisarlo, en una historia terrorífica y cruel, sobrecogedora, titulada "El tatuaje".
Es posible hallar obras de Tanizaki en cualquier librería un tanto especializada.
Y me atrevo a recomendar "Cuentos crueles", porque es un contraste entre una sensibilidad inhabitual, y el sadismo, elevado a la categoría de obra de arte.
También, "El experto", de Nakajima Ton, que en algún momento me puso los pelos de punta, más por lo que sugería que por lo escrito.
Y "Montaña Otoñal", de Rynosuke Akutagawa. Que también es posible encontrar en librerías, o, si no, en internet.
Los orientales, me fascinaron, me horrorizaron, y, sim embargo, he seguido leyéndolos.
Es, un tanto, la atracción del abismo, de E.A. Poe...
Aquella Navidad fue diferente...
Todas las noches, me retiraba a mi habitación, a leer y releer aquellas magníficas historias, que fueron el comienzo, o mejor, el definitivo asentamiento de mi pasión por lo misterioso y sobrenatural.
(Agradezco, desde aquí, a "escarcha", sus palabras de elogio y de ánimo, que, nada más comenzar esta nueva andadura, me ayudan a seguir adelante).

domingo, 6 de marzo de 2011

La primera vez...

"El extraño caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde".
La primera vez que sentí una auténtica sensación de terror, fue en las proximidades de la primavera de 1960.
En el cine de colegio, proyectaban esta película, basada en la obra de Robert Louis Stevenson.
Y al contemplar la transformación del Dr.Jekill, noté un escalofrío de miedo, de un miedo profundo, agobiante...
Durante un tiempo, no me atrevía a transitar por el caserón donde vivía con mis abuelos. Incluso de día, evitaba cierta habitación sombría, y, po supuesto, no subía solo al desván ni bajaba a la bodega...
Cierto es que aquella casa tenía algo inquietante...
Y soñaba..., soñaba con Mr. Hyde..., siempre detrás de mí..., oculto en los portales oscuros..., siempre dispuesto a atacarme...
Sin embargo, logré superar e incluso controlar mis sueños...
Y así fue como comenzó mi afición..., un tanto morbosa..., por todo lo relacionado con un mundo poblado de seres malévolos, siniestros habitantes de las profundidades del pensamiento humano...
Y leí, leí mucho... Y sigo leyendo...
El cine de terror me sigue apasionando.
En esta entrada, recomiendo la novela de Stevenson.
Una obra genial, que saca a la superficie la bestia que llevamos dentro, que reprimimos, pero que siempre pugna por salir de su encierro...
¿Dónde está el límite...?
Nunca se sabe...

...cita con el miedo...

Un blog que se estrena hoy...
Un blog, dedicado al miedo...
Al miedo en la literatura, en el cine, en las artes plásticas, en el cómic...
Todo lo que trate sobre el miedo, tendrá cabida en este blog.
¡EL MIEDO ES LA PIEL DEL ALMA...!
O eso se suele decir...
Bueno..., compruébenlo...
Sin el miedo, la vida sería muy aburrida...
Demasiado aburrida...
Miren detrás de ustedes..., cuando estén solos...
¡Nunca se sabe...!